Actuación ante un brote de Legionella

Ante una infección por legionella, la respuesta sanitaria debe ser rápida y estructurada, combinando atención clínica, investigación epidemiológica y medidas técnicas. El protocolo recomendado incluye:

1. Diagnóstico y tratamiento médico

  • Ante sospecha de legionelosis (fiebre alta, neumonía resistente a antibióticos comunes), los profesionales sanitarios deben realizar pruebas específicas (cultivo, PCR, antígeno urinario).
  • El tratamiento se basa en antibióticos eficaces contra legionella, como macrólidos (azitromicina) o fluoroquinolonas (levofloxacino), siempre bajo supervisión médica.
  • Los casos graves requieren hospitalización y soporte respiratorio.

2. Investigación epidemiológica y control del foco

  • Comunicación urgente a las autoridades sanitarias, que investigarán para identificar la fuente de la infección (torres de refrigeración, griferías, spas, hospitales, etc.).
  • Toma de muestras de agua en todos los puntos sospechosos y paralización de instalaciones implicadas si fuera necesario.
  • Revisión del Plan de Prevención y Control de Legionella; verificación de registros, mantenimiento y cumplimiento de protocolos.

3. Medidas técnicas para eliminar la bacteria

  • Desinfección intensiva de las instalaciones implicadas mediante hipercloración, choque térmico o biocidas autorizados.
  • Limpieza exhaustiva y vaciado de depósitos y circuitos afectados.
  • Instalación de filtros de membrana (0,1 micras o menos) en los puntos terminales (grifos, duchas, equipos de suministro de agua) hasta garantizar la eliminación del microorganismo; son especialmente útiles para proteger usuarios vulnerables (hospitales, residencias, hoteles).

4. Reapertura progresiva y seguimiento

  • Realización de pruebas microbiológicas para verificar la ausencia de legionella antes de permitir la reapertura.
  • Mantener los filtros instalados en puntos críticos durante el periodo de seguimiento, reemplazándolos según las recomendaciones del fabricante y los protocolos sanitarios.
  • Reforzar el plan formativo y de mantenimiento para evitar recurrencias.

Resumen
El uso de filtros de membrana en caso de infección actúa como medida inmediata de protección y control, evitando que las bacterias lleguen a los usuarios mientras se solucionan los problemas en la instalación. Son indispensables en entornos clínicos o residenciales de alto riesgo, ya que aportan una barrera física adicional frente a nuevas exposiciones, complementando las medidas de desinfección estándar y el tratamiento médico.

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